Los efectos devastadores que han causado y que pueden llegar a causar las armas nucleares son ampliamente conocidos por todos, lo que seguramente se desconoce es lo expuesta que se encuentra la humanidad ante un peligro como este en la actualidad.
Ya hemos estado al borde de un desastre nuclear en otros momentos de la historia, hoy con la escalada en las tensiones y hostilidades que estamos viviendo, sobre todo en lo que respecta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, este peligro está mas vigente que nunca.
En este sentido, según el “Reloj del Apocalipsis” que desde 1947 publica la prestigiosa e independiente Organización de los Científicos Nucleares en el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago, nos encontramos a tan solo 100 segundos de la “medianoche”.
En este caso, para el simbólico “Reloj del Apocalipsis” o “del Juicio Final”, la medianoche representa la destrucción total y catastrófica de la especie humana. En su creación, el reloj estaba pensado únicamente para representar el riesgo de una posible guerra nuclear global, pero desde hace un tiempo, también ha incluido las variables del cambio climático descontrolado (y las escasas respuestas al mismo) y la aparición de tecnologías disruptivas que pudieran llegar generar un daño irreparable.
Desde 2020, durante el momento más intenso de la pandemia, el reloj se posicionó a 100 segundos de la campanada final logrando el récord histórico y permaneciendo en esa misma posición hasta este preciso momento.
El escenario global hoy presenta grandes tensiones y una ausencia de efectividad en la diplomacia que ha llevado a un gran incremento de las hostilidades y la presencia de conflictos armados en los que de alguna manera están involucradas las grandes potencias nucleares. Este contexto, sumado al incremento de los países poseedores de armamento nuclear y al retroceso que ha significado la caída de varios de los acuerdos que regulaban este tipo de cuestiones, hacen que hoy el reloj continúe en esa crítica posición.
Como suelo señalar siempre al escribir sobre las crisis climática en la que vivimos: los datos están, son significativos, han sido conformados y avalados por persona idóneas con voz en los centros académicos mas prestigiosos del mundo. Qué prefiramos ignorarlos, o mucho peor aún, que quienes toman las decisiones prefieran ignorarlos y sigan poniendo el futuro de la humanidad en riesgo, es algo completamente diferente.
Países con armas nucleares y su funcionamiento:
Según el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), existen cinco Estados poseedores de este tipo de armamentos: China, Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido.
Rusia y EEUU son los más grandes poseedores de armas nucleares en el mundo con aproximadamente un 90% del total existente.
Más allá de estas 5 potencias nucleares pertenecientes al Tratado se sabe que la India, Pakistán, Israel y Corea del Norte también cuentan con esta clase de armamento.
Corea del Norte se ha auto proclamado como un Estado con armamento nuclear y se detectaron pruebas subterráneas que lo conformarían, en el caso de Israel no lo ha declarado oficialmente pero se sabe que el país contaría con un arsenal de esta índole.
También está la situación de Irán, que ha sido motivo de reiteradas preocupaciones para occidente la posibilidad de que pudiera obtener dicho armamento. Las potencias han realizado un acuerdo con Irán que ha tenido idas y venidas con el objetivo de que el país desestime la posibilidad de construir este tipo de armamento. Ultimamente Irán ha afirmado que tiene la capacidad para producir una bomba atómica, pero que por el momento no está en su agenda y sus centrales son sólo con fines pacíficos.
En ese sentido, debemos destacar que todos los estados que disponen de una industria nuclear civil tienen capacidad para producir materiales fisionables claves a la hora de generar amas nucleares.
Según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), en Diciembre del 2018 existían 30 países con centrales nucleares.
Las armas nucleares son las más destructivas que existen, una sola bomba tiene la capacidad para matar a millones de personas, destruir ciudades enteras y contaminar la atmósfera, la tierra y el agua muchos kilómetros a la redonda del lugar de su detonación, durante miles de años.
Existen dos tipos de armas nucleares: las denominadas de fisión y las de fusión.
Las primeras, liberan enormes cantidades de energía basándose en la fisión o división de átomos pesados de Uranio enriquecido o Plutonio, son las denominadas bombas atómicas y fueron las utilizadas en Hiroshima (de Uranio) y Nagasaki (de Plutonio).
Las segundas, se generan a partir de la fusión o unión de isótopos de un elemento ligero, como el Hidrógeno, para formar átomos mas pesados y requieren ser iniciadas por un dispositivo de fisión, dándose una combinación de ambas como sucede en las denominadas armas termonucleares modernas. Estas últimas, tendrían una potencia de entre ocho y cien veces superior a las bombas utilizadas en Hiroshima y Nagasaki.
La Era Nuclear:
Más allá del increíble descubrimiento que podría haber significado para la humanidad y de lo catastróficamente que fue utilizado, podemos decir que de algún modo todo comenzó con la celebre carta Einstein-Szilárd.
Este documento, fue redactado por Leó Szilárd, firmado por Albert Einstein y enviado al Presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt en 1939. La carta, básicamente alertaba a Roosevelt de la posibilidad de que la Alemania nazi pudiera desarrollar bombas nucleares y sugería que Estados Unidos comenzara su propio programa.
A partir de allí se da origen al denominado “Proyecto Manhattan”, un proyecto secreto de EEUU para crear la bomba atómica en respuesta a esta supuesta intención de Alemania de crearla. Fue dirigido por el físico teórico Robert Oppenheimer y desencadenó en la primera prueba en el desierto de Nuevo México en Julio de 1945 y en los ataques del 6 y el 9 de Agosto sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
A partir de estos últimos sucesos es que se puede destacar el comienzo de una nueva era para la humanidad: la “Era Nuclear”. Una era que marcaría y condicionaría tanto la política como la actuación de los países en el escenario internacional y que sobre todas las cosas nos pondría en un claro peligro de autodestrucción.
Volviendo al repaso histórico, a partir de esta muestra de poder y superioridad por parte de EEUU, comenzó una carrera de otros países por intentar obtener este poderoso armamento. Algunos mediante programas propios, otros por espionaje o por simple transferencia de tecnología por parte de sus aliados, lo cierto es que la URSS realizó su primer ensayo en 1949, el Reino Unido logró el objetivo en 1952, Francia en 1960 y China en 1964.
Este desarrollo de armamentos nucleares, da inicio y se consolida en este contexto de guerra fría en el que constantemente existían tensiones entre las dos potencias hegemónicas, EEUU y la URSS. Durante este periodo, existe la denominada carrera armamentista entre estas dos potencias que las han llevado a ostentar, como ya hemos señalado, algo así como el 90% del armamento nuclear existente.
Como todos sabemos, en la guerra fría no llegaron a darse enfrentamientos directos entre las dos potencias, según teóricos y especialistas probablemente esto sucedió por ese temor a la amenaza nuclear y a la mutua destrucción asegurada. De todos modos, ya veremos más adelante en este texto como el mundo estuvo varias veces al borde de un enfrentamiento nuclear entre estos actores por diversos motivos.
En la actualidad, el escenario internacional es bastante diferente tanto a nivel político como económico y de algún modo también en cuanto a la amenaza nuclear. Podemos hablar de un mundo multipolar, en el que China aparece como la gran potencia económica del momento y EEUU como la potencia en declive que aún ostenta una importante supremacía militar.
También, esta el caso de Rusia, débil a nivel económico pero con una capacidad nuclear heredada y una actualidad hostil en cuanto a su discusión del orden establecido.
A nivel económico y de algún modo militar (por posesión de armamentos nucleares), podemos hablar de Europa como un bloque compacto e influyente también en este juego multipolar y de otros actores más regionales que por poseer este tipo de armas y por protagonizar conflictos en sus regiones, aparecen en la escena.
Entre estos últimos está el caso de India, poseedora de armamento nuclear y de una fuerza productiva que podría llevarla a ser una gran potencia a futuro, enfrentada desde siempre con Pakistán, también poseedora de armamento nuclear y ambos siendo de los países más poblados del mundo.
Además está el caso de Israel, que cuenta con armas nucleares y está enfrentada prácticamente a toda la región en la que se ubica; y el de Corea del Norte, por la amenaza que supone su posesión de armas de destrucción masiva y su conocido conflicto con Corea del Sur y Japón.
Por primera vez en la historia de la especie humana, hemos desarrollado claramente la capacidad de destruirnos, los sistemas de armas nucleares podrían asestar un golpe terrible a la existencia organizada, o quizá provocar su fin. En el mundo en el que hemos estado viviendo y en el que vivimos hoy, las armas nucleares plantean un peligro constante de destrucción inmediata.
Noam Chomsky
La energía nuclear:
Como ya hemos comentado anteriormente en este mismo texto, según la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) existen 30 países que tienen centrales nucleares; estas centrales, si bien son con fines pacíficos, le otorgan a estos países la posibilidad de generar armamento nuclear si así se lo propusieran.
Pero más allá de este importante punto, ¿qué tan beneficiosa es la energía nuclear?
Si bien no es el objetivo de este texto y estoy lejos de ser un experto en un tema tan controversial y con diferentes miradas como el de la energía nuclear, les dejaré algunas ideas centrales en cuanto a las ventajas y desventajas de esta fuente energética.
Algunas de las ventajas de le energía nuclear serían que es posible considerarla como una energía limpia ya que no genera emisiones de dióxido de carbono (CO2), su generación en reactores nucleares es constante (a diferencias de otras energías limpias como la eólica y solar) y tiene un bajo costo de generación.
Por otra parte, las desventajas serían obviamente los accidentes (que ya explicaremos a continuación), la comentada posibilidad de generar armamento, la generación de residuos nucleares peligrosos para la salud y el medio ambiente que tardan cientos de años en degradarse (y que aún no sabemos gestionar), así como el agotamiento de recursos escasos como el Uranio clave a la hora de su generación.
Hay quienes la sostienen como una forma de acompañar a las energías renovables con el objetivo de hacer la transición limitando las emisiones de CO2. De hecho, la Unión Europea recientemente la ha aceptado como una energía “verde” hasta al menos 2045 con este fin, en una muy polémica medida. Otras voces, sostienen que a ritmos actuales las reservas de Uranio se agotarían en unos 40 o 50 años y que de generarse el total de la energía del mundo por este medio lo harían simplemente en 3 o 4 años.
Ya conocen mi opinión sobre este tipo de asuntos, entiendo que la única verdadera forma de contrarrestar el cambio climático es con un profundo cambio en nuestra forma de vivir, de producir y de distribuir. Hacer foco en una fuente energética con el objetivo de reducir las emisiones que genera desechos de momento ingestionables, peligrosos y que encima es agotable en el corto plazo, no tiene ningún tipo de sentido más que seguir postergando decisiones claves para nuestro futuro como humanidad y por supuesto, no afectar los beneficios de las grandes compañías.
Accidentes, sucesos y amenazas:
A lo largo de la historia de la presente era nuclear se han dado algunos momentos en donde podemos señalar que la humanidad estuvo al borde de una gran catástrofe.
Cuando el peligro es tan grande, sobre todo en cuanto a la posibilidad de una guerra nuclear, el error en la acción humana o en algún sistema, un malentendido o un exceso de alguien puede llegar a desencadenar en sucesos que serían nefastos para la vida en nuestro planeta.
En este sentido, a continuación enumeraré brevemente algunos de esos momentos en los que nuestra supervivencia como especie pudo llegar a estar en juego, tanto por posibles enfrentamiento de carácter nuclear como por accidentes en algunas centrales.
Comenzaremos en 1962, con la tan recordada y estudiada crisis de los misiles de Cuba, generada a raíz de la toma de conocimiento por parte de Estados Unidos de la existencia de bases con misiles nucleares de alcance medio del ejército soviético en Cuba y su posterior respuesta. Esta fue una de las mayores crisis entre las potencias y es vista por varios expertos como uno de los momentos en donde mas cerca se estuvo de un enfrentamiento directo y de carácter nuclear.
Como señala Noam Chomsky, en la cumbre de la crisis el 28 de octubre, una tripulación recibió por error la autorización para lanzar sus misiles nucleares. Decidieron no hacerlo y con ello evitaron una probable guerra nuclear, según un informe desclasificado por la Fuerza Aérea de EEUU del aviador John Bordne.
En 1967, durante la guerra de los seis días, la tripulación de un portaviones recibió una orden de ataque real en lugar de una orden de ejercicio nuclear y en 1970 el mando estratégico en Omaha transmitió el ejercicio de una orden de lanzamiento como un lanzamiento real. En ambos casos fallaron los sistemas y fue la intervención humana la que impidió los lanzamientos.
En 1979 una cinta de entrenamiento de detección precoz en la que se marcaba un ataque soviético se filtró en la red de alarma real de EEUU. Por dicho motivo, según el experto Bruce Blair, se estuvo apunto de llamar al presidente para convencerlo de la necesidad de responder inmediatamente hasta que una tercera llamada aviso que se trataba de una falsa alarma.
En 1983 EEUU realizó las maniobras “Arquero Capaz” en las que se simulaban ataques a la URSS para probar su sistema de defensa, entre otras cuestiones. Hoy en día sabemos que gracias a la decisión de Stanislav Petrov, un oficial ruso que decidió no trasmitir a sus superiores el informe de los sistemas que alertaban de estar bajo un ataque nuclear, no se desencadenó un terrible enfrentamiento de esta índole.
Otro ejemplo se produjo en 1995, cuando un equipo de científicos noruegos y estadounidenses lanzaron un cohete desde Noruega para estudiar las auroras boreales. El sistema de alerta temprana de Rusia lo detectó generándose una similitud con la posibilidad de que este fuera un misil estadounidense lanzado desde un submarino. Las fuerzas nucleares rusas elevaron su nivel de alerta a tal punto que llegó hasta al Presidente Boris Yeltsin, hasta que finalmente se dieron cuenta de que era una falsa alarma.
Dejando de lado la posible amenaza de un enfrentamiento nuclear, será preciso también repasar los 3 incidentes más conocidos relacionados a centrales nucleares: Mayak 1957, Chernobyl 1986 y Fukushima 2011.
En la planta de Mayak ocurrieron varios accidentes debido a las deficientes condiciones de trabajo, el más grave en setiembre de 1957, cuando un fallo en el sistema de refrigeración en un tanque que almacenaba desechos nucleares provocó una explosión.
La nube radioactiva que se originó se extendió a lo largo de cientos de kilómetros y afectó a cientos de miles de personas. Aunque no hay cifras oficiales y el suceso fue ocultado por el régimen soviético durante años, se calcula que doce trabajadores de la central murieron como consecuencia del accidente, otras 200 personas fallecieron por la radiación y 250.000 fueron afectadas por la misma.
El lago Karachai, situado al sur de los montes Urales, a pocos kilómetros de la central nuclear de Mayak, fue utilizado como depósito de desperdicios nucleares, donde se vertía el agua contaminada. La zona se convirtió en un punto con un nivel de radiación tan elevado, que permanecer allí poco más de una hora podía llegar a ser mortal.
Lo sucedido en Chernobyl es ampliamente conocido por todos y es considerada como la mayor catástrofe nuclear de la historia. En abril de 1986 una acumulación de hidrógeno debido a un sobre calentamiento provocó una explosión en el reactor número 4 de la central nuclear.
El accidente provocó un incendio que duró diez días (el hecho fue ocultado durante 3) y los bomberos que acudieron a apagarlo fueron de las primeras víctimas de la radiación, además de los trabajadores que se encontraban en la planta.
Las estimaciones de muertes relacionadas al accidente ha sido un tema muy controversial y complejo de realizar. Algunos estudios estiman unas 4.000 muertes relacionadas con el accidente y unas 600.000 personas que se han visto afectadas por la radiación.
Sin embargo, otros sitúan las cifras de muertes a un nivel muy superior (algunos hasta el medio millón), las estimaciones de los diferentes estudios son muy diversas y generan controversia entre la comunidad científica sobre el número total de muertes que se podrían atribuir a la radiación.
El accidente causo alarma y dificultades a miles de km a la redonda, dejó a la ciudad inhabitable y al reactor numero 4 bajo el denominado “sarcófago” que fue construido y renovado para evitar que los desechos nucleares que se encuentran en su interior expulsen radiación hacia el exterior.
Algunos científicos temen que la radiactividad afectará a las poblaciones locales durante varias generaciones y se cree que no se extinguirá hasta pasados 300 mil años.
El último accidente en el tiempo es el ocurrido en el año 2011 en la central de Fukushima, Japón. El mismo fue ocasionado por un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter que provocó que los tres reactores que estaban funcionando dejaran de hacerlo. Al fallar el suministro eléctrico el sistema comenzó a operar con los motores de combustibles previstos para emergencia, pero pocos minutos después del terremoto, la planta fue alcanzada por un enorme tsunami de 14 metros de altura. Los motores se vieron afectados por el agua salada, comenzaron a fallar los sistemas y se perdió el control sobre la central y sus seis reactores, generándose varias explosiones de hidrógeno que provocaron la liberación de material radioactivo. La mayoría de este material fue expulsado por el viento hacia el océano Pacífico, donde también se vertió agua contaminada de los reactores.
A raíz de este tremendo accidente, y con la herida abierta de Hiroshima y Nagasaki, Japón decidió inmediatamente desmantelar todas sus centrales nucleares, lográndolo en menos de dos años.
Desde mi punto de vista, la decisión de Japón debería hacernos pensar un poco al respecto, ya que el país, pese a que el 30% de su energía en ese momento era generada por centrales nucleares, decidió tomar está drástica medida tras la emergencia del 2011.
Situación actual:
Parece difícil pensar en el desarme y en la destrucción del armamento nuclear en este momento en el que las tensiones entre oriente y occidente se están incrementando y en el cual los arsenales nucleares juegan un papel preponderante. Contar con este tipo de armamento les permite a las grandes potencias desarrollar diferentes estrategias de seguridad que de no contar con el mismo serían extremadamente distintas.
Existen en la actualidad unas 13.500 ojivas nucleares en el mundo, un número suficiente para destruir varias veces a nuestra especie y la mayor parte de la vida en nuestro planeta.
Los países poseedores de estas, lejos de pensar en destruirlas o reducirlas, están en procesos de renovar y modernizar su arsenal.
“Cada vez es más claro que las armas nucleares no son un medio para lograr la seguridad;
Mijaíl Gorbachov, Jefe de Estado de la antigua Unión Soviética (1988-1991) y Premio Nobel de la Paz
de hecho, con cada año que pasa hacen que nuestra seguridad sea más y más precaria”
Se han visto en los últimos años visibles deterioros en cuanto a los Tratados existentes relativos al control de armamentos nucleares, ya sea por el poco interés de las grande potencias nucleares (EEUU y Rusia) o, en el caso del TNP, por la imposibilidad de hacer que los países que no forman parte se unan. De este modo, aumenta aún más el peligro de expansión y empeoran los métodos de control sobre los armamentos ya existentes.
El aumento de países con centrales nucleares de uso pacífico y los deterioros en los Tratados de control y desarme incentivan la posibilidad de que más países puedan trabajar en obtener este tipo de armamento. Este aumento de países con capacidad nuclear, genera obviamente mayores posibilidades de que pueda darse un enfrentamiento de esta índole y de que exista un error o un accidente, entre otras cuestiones.
Por otra parte, existe una amenaza real de que algún grupo terrorista adquiera materiales o armamentos de este tipo, ya que reiteradamente han manifestado esas intenciones y las potencias nucleares lo tienen en cuenta a la hora de desarrollar sus estrategias de seguridad.
Por ejemplo, sabemos que en Pakistán existe esta preocupación y por ese motivo, han creado una fuerza de más de 20 mil soldados para custodiar sus instalaciones nucleares según describen Pervez Hoodbhoy y Zin Mian, dos destacados científicos nucleares pakistaníes.
Otra de las cuestiones que hemos visto al repasar los diferentes momentos en los que un conflicto nuclear pudo ocasionarse, es el riesgo que generan los sistemas de respuestas inmediatas ante alarmas de posibles ataques nucleares. Estas, pueden generarse por un error del sistema o una falsa alarma, como ya ha sucedido en el pasado, y terminar desencadenando en una respuesta ante un ataque inexistente.
También, en el mundo digital en el que vivimos, los ciber-ataques son riesgos reales y unas de las amenazas mas potentes ante sistemas muy complejos que se basan en tecnología digital y por ende son vulnerables ante este tipo de cuestiones.
Además, hoy debemos agregar el ingrediente de lo que está sucediendo a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y ese conflicto armado activo en el que está involucrada una de las grandes potencias nucleares.
En este texto no vamos a entrar en el detalle del análisis de la política de seguridad rusa ni en los acontecimientos que se están dando en este enfrentamiento, pero si debo señalar que desde mi punto de vista, la posibilidad de que Rusia recurra a utilizar algún tipo de armamento nuclear podría ser perfectamente probable.
En definitiva, mientras las armas nucleares sigan existiendo estaremos en peligro de que alguna de las posibilidades que hemos enumerado en este texto sucedan y que de ese modo se desencadenen sucesos terribles para nuestra supervivencia como especie.
Pese a lo que las grandes potencias creen y sostienen desde el comienzo de la era nuclear, el mundo sería un lugar mucho más seguro sin este tipo de armamento.
Fuentes:
CAMPOS ROBLES, M., “El Final del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (Tratado INF)”, Global Strategy Report, No 2/2020.
CAMPOS ROBLES, M., “La persistente amenaza nuclear: una espada de Damocles sobre la Humanidad”, Global Strategy Report, No 15/2020.
CAMPOS ROBLES, M., “Los ensayos nucleares y los tratados para su prohibición”, Global Strategy Report, No 38/2020.
CHOMSKY, N., “¿Who Rules the World?”, Penguin Random House Grupo Editorial, 2016.
GILLIS, M., “Desarme, guía básica”, Naciones Unidas, tercera edición, 2013.
SIPRI YEARBOOK, “Armaments, Disarmament and International Security”, FundiPau, 2018.
BBC
France 24
Greenpeace
Histocast 42 – Amenaza nuclear.
La Vanguardia